Después del paseito (?) (Priv!)

Aquel día se le había echo asquerosamente interminable primero, las malditas y aburridas clases y después....aquel tipejo enfermo con aquellas marionetas, dispuesto a todo por ellas por lo que se ve. Seguramente ese día fue el primero en el que quería volver a la escuela cuanto antes, para tirarse en la cama y dormir como una marmota. Las calles estaban desoladas y no había ni un alma por ellas, todo estaba oscuro y daba incluso mas miedo que el parque ese, sintiendose un poco nervioso por lo que pudiera pasarle pero menos mal que llegó sano y salvo, de una pieza -No vuelvo a salir de noche...- Musitó mentalizándose a él mismo por las buenas mientras iba derechito a la habitación que fué asignada para el, parándose justo en frente de la puerta para dislumbrar el nombre de su acompañante durante todo el curso -Drocell....que nombre mas raro y feo- Y extraño la verdad, debía de ser algún extranjero o lo que fuese pero de todas formas no era inusual encontrarse a tipos de toda clase en el Shurui, sería interesante conocerlo o quizás....no. Entró muy dispuesto él, viendo como su maleta andaba bien puestecita sobre la cama y las demás cosas recojidas, esbozando una extraña sonrisilla de conformidad y chulería ya que era bastante vago para esas cosas, le agradaba más que se lo dieran todo echo.

Oh no...no podía ser cierto.....¿¡Era él!?. La sorpresa del menor no fué a mayores por que prácticamente era imposible, otra vez el mismo tipo....la misma cara y el mismo cuerpo...¿Entonces él era su compañero de habitacion? ¡Já! ¡Y un cuerno! antes muerto que compartir dormitorio con ese bicho raro, iría a hablar con el director al dia siguiente ya que salir no podía hacerlo por mucho que el quisera en ese momento. Se echó a un lado al ver como el mayor no le echaba ni caso ya que iba a lo suyo por lo que el hizo lo mismo, abriendo el armario para cojer el pijama y, todo esto, con una cara de puro shock, analizando a duras penas lo que acababa de ocurrir -Joder...esto solo me pasa a mi...vaya con la barbie- Dijo para sus adentros y en un pequeño hiliyo de voz, evitando en todo momento que el mayor se enterara de sus habladurias y capaz de hacerle algo...para que más. Comenzó a desvestirse allí mismo y sin importarle mucho si el pelirrojo miraba o no, dejando su piel al descubierto tan solo con unos pequeños y ajustados boxérs de colos azul clarito, colocándose una camisa por encima para no estar totalmente "desnudo" y se quedó mirando hacia arriba, delineando los gestos del mayor mientras decidia si dormirse o no.

¿Como se atrevía a soltar aquellas barbaridades sin ni siquiera conocerse? Ese tipo estaba fatal...aunque cualquiera en su lugar hubiera comentado sobre el delicioso e inmaculado cuerpo del menor, parecía una nena con aquellas caderitas. El echo de que fué "halagado" de alguna de las maneras le hizo enrojecer intensamente, aparentando estar enfadado para que no se le notase mucho la verguenza, dispuesto a regañar al mayor desde abajo y echarle un par de cojones ¿Pero quien te as creido? Eres un viejo pervertido, titiritero de barrio- Hizo un intento para sonar amenazador o algo que se le pareciera pero si vocecilla se lo impedía, tener ese aspecto no iba a su favor en aquellos casos en los que necesitaba un buen porte que diera miedo y echara hacia atrás a gente como ese arrogante. Farfulló un par de cosas a las espaldas del pelirrojo para ahorrarse trabajo, notando como su sonrojo iba disminuyendo poco a poco por lo que, más calmado, se dirijió hacia el escritorio y apagó las luces de la habitación, dejando solo una de ellas encendida, lo suficientemente pequeña como para solo alumbrar la madera de la mesa. Asín podrá leer tranquilo un rato, al menos eso le distraería.

Cojió asiento en esa blandita y mullida silla para comenzar a sumirse en la lectura, cosa que pocas veces hacía pero de vez en cuando no viene mal, sobre todo en momentos como ese. El libro era de todo menos interesante, era viejo y la temática no era otra que historia sobre el mundo ¿Que podía haber mas aburrido que eso? Nada...bueno, el mismo no era alguien que digamos...social y simpatico y mucho menos entretenido claro está, pocas veces reía con ganas o salía con sus amigos...menuda perdida de tiempo. Aburrido...el aburrimiento le podía y el sueño estaba comenzando a hacer mella en el, pero parecia como si esa noche alguien no le quisera dejar tranquilo para descansar al menos y ese alguien no era otro que su compañero, que por culo daba. Apoyó ambas manos sobre la mesa, mandando al libro a tomar por culo, para girarse despacio y aparentemente calmado gracias a que sus oidos recibían perfectamente la maravillosa descripción por parte del mayor, había que decirlo, dió justamente en el clavo ya que él era asín -¿Que estás diciendo?...déjame tranquilo de una vez y acuésta....te...- Sus palabras se entrecortaron y una bocanada de aire se agolpó en su garganta nada más ver al joven en ropa interior, notando como su verguenza y su sonrojo cobraban vida propia e inexplicable. Todo aquello era demasiado, lo que decía el mayor no le ofendía pero tampoco tenía derecho a hacer ese tipo de preguntas tan mal intencionadas, a saber con que intenciones iba ese tipo...su vida íntima era solo de él y no le tenía que importar a nadie y mucho menos a un desconocido, aunque ahora fueran compañeros claro está. Le miró con enfado e irritado ante tal sonrisa, sin llegar a inmutarse por ese estúpido crujido ya que era lo que menos le importaba en ese momento...mentecato -Vete a la mierda...no te creas que por que soy bajito y frágil...no te voy a echar cojones maldito mierda...- Espetó con una dureza fuera de si, ese no era él pero el pelirrojo le había buscado las cuatro patas al gato.

Y dale, el mayor seguía mirándolo con ese porte escaofriante para tantos aunque a él no le diera mucho miedo o...al menos intentaba disimular a la perfección el terror que sentia hacia todo lo sobrenatural y esas cosas tan fúnebres, joder, solo pedía un poco de paz y tranquilidad para poder dormir a gustito nada más. Menos mal que ingresó en aquella escuela para poder alejarse de todos los viejos y jóvenes pervertidos que se le acercarán así como de problemas...tanto familiares como no, menuda putada tener ahora que cargar con todo lo nuevo que se le avecinó en cuestión de nada. La situación no era muy de su agrado que digamos y optó por removerse un tanto en la cama para ver si los calores se le bajaban pero no pensemos mal, estaba acalorado por el acojonamiento que llevaba encima no por otra cosa. Sus músculos se tensaron al igual que su rostro se coloreó de una palidez absoluta nada más dislumbrar la cara del mayor en su totalidad, ayudado de la luz de la luna para hacerlo todo mucho peor si cabia la posibilidad.

-¡S-si intentas que tenga miedo no lo vas a conseguir!- Aha que no...se podía ver a kilómetros como el pequeño Len temblaba por todas la extremidades de su cuerpo incluso aquel sonrojo desapareció, haciendo que se levantara de la cama con un seco y fuerte salto mientras oia el crujir de ese cuello no tan lejano a él, produciendole el mayor temor que tubo en la vida. Sus pasos fueron directos a la puerta del dormitorio y allí se quedó, bien pegadito a ella como si se le fuera el alma.

Ya no sabía que hacer, estaba perdido. Su miedo era más que notorio por lo que el mayor se habria podido dar cuenta desde hacia tiempo así que ya no habia nada que ocultar aunque el siguiera fingiendo, como no. Estubo pensando durante un bueno rato en como salir victorioso de todo aquello pero no se le ocurrió nada más que irse...quizás lo hiciera pero algo le impulsaba a quedarse, dios sabrá lo que era.

-Déjate de juegos...tengo sueño y quiero dormir- Se excusó con el tono más amable y dulce que le pudo salir en toda su vida pero pese a todo el temblique en sus palabras era notorio y no le ayudó mucho en su cometido. Tragó saliva a la vez que acumuló todo el valor que le quedaba en el cuerpo para mirar de nuevo al pelirrojo, atendiendo como este no borraba una de las sonrisas que más le alteraban. Era despreocupada y parecía llena de satisfacción por lo que no le gustaba un pelo a parte que lo exasperaba aún más. Como estubiera más tiempo de pie acabaría sentando en el suelo como lo más seguro por lo que decidió vólver a la cama pasito a pasito y lo más precavido que pudiese aunque no le sirviera de mucho, en pocos segundos se encontró tapado hasta arriba con las sábanas por haber escuchado de nuevo otro crujido más, el mayor iba a cojer tortículis como siguiera si es que ya no padecía de ello.

-¡Y-ya! ¡Basta por favor!- No vió otro remedio que gritar a voz pelada y, por fin, rogó con todas sus fuerzas que parara de una puñetera vez y todo volviera a ser como antes, tirando por la borde su estúpido orgullo y todo lo que estorbara.

Sin duda aquella noche iba a ser una de las peores, no hacia frio, incluso no entraba la más minima brisita de aire pero a pesar de todo sus piernas temblaban de una forma un tanto exagerada. Bueno, para él estaba siendo un martirio completamente, nunca habia temblado por miedo a nadie pero es que ese muñeco de paja era demasiado ¿Acaso le gustaba ir asustando a la gente que acababa de conocer? Desde luego no podia pasarse la vida haciendo eso, no al menos mientras compartieran habitación pues no lo iba a permitir. Ya habia dejado que lo humillara, que le pidiera por favor que parase y eso, para el joven Len, era suficiente para demostrar que realmente le atemorizó. Ahh~ pero eso no quiere decir que aún siguiera temiéndole ¿O si?. A pesar de todo no lo odiaba, solo...le tenia un poco de tirria. Miró su cuerpo mucho más relajado y decidió que ya era hora de sacar su cabeza de nuevo al exterior, inundándole de buenas a primeras la maravillosa luz de la luna, más pendiente de la litera de arriba que de otra cosa. Todos sus sentidos se mantenian fijos en cualquier ruido o acción del mayor, dispuesto a pararle si decidia asustarle de nuevo con alguna de sus bromitas o movimientos raros. Pero en cambio algo fue diferente, cuando el joven fue bajando las escaleras de su cama no dijo nada, tampoco expresó sentimiento alguno pues tenia curiosidad por lo que iba a hacer, como se comportaria una vez estubiera frente a su propia cama, mirándole sin comprender que era lo que queria. Pero tubo que dejar los pensamientos a un lado con tal de volver a mirarle, dándose cuenta de lo atrayentes que eran esos ojos violetas una vez no destilaban perversión alguna si no todo lo contrario, se sintió un poco intimidado, eso si, pero poco a poco su cuerpo fue cediendo a aquella caricia que, al tiempo de helarle, le estremeció los sentidos como nunca antes. Se negó a suspirar ya que no era el momento, pero lo que no pudo evitar fue el echo de que sus mejillas adquirieran un leve tono rosado que, si no hubiera sido por que era de noche, se habria visto perfectamente a ojos del titiritero.

-...¿Adonde vas?...- Tenia que preguntarlo, queria cortar el ambiente tan tenso que se habia formado, al menos para él si lo era, y desgraciadamente a parte tenia que hacer algo para saciar su curiosidad como fuese. No habia mejor forma que preguntando a donde se dirigia. Tenia dos opciones, o seguirle o bien quedarse en la cama sin pegar ojo hasta que el mayor volviese y ni eso, estaba seguro de que esa noche no dormiria nada de nada aunque quisiese.